I si encara en voleu saber més, aquesta peli d'en Gianni Amelio és una mica tristona, però està prou bé: Il primo uomo
"El único hombre que jamás se equivoca es el que nunca hace nada." (J.W. Goethe)
viernes, 28 de febrero de 2014
Un documental esplèndid... en sentit literal!
I si encara en voleu saber més, aquesta peli d'en Gianni Amelio és una mica tristona, però està prou bé: Il primo uomo
sábado, 22 de febrero de 2014
Pseudomúsicos y artistoides
Uno de mis seres queridos afirma que en Menorca todos somos un poquito
artistas. Que en comparación con su pueblo, aproximadamente de las mismas
dimensiones que Es Mercadal, y donde las únicas aficiones que tiene la gente
mayor son ver la televisión e ir a misa, nuestra isla es un auténtico hervidero
de cultura. Aquí, el que no canta escribe y el que no actúa pinta. Obviamente,
no todos los días podemos gozar de la actuación de grandes figuras de la
lírica, por poner un ejemplo que me toca de cerca. Pero, si algunas han salido
de aquí –pienso en Joan Pons o Simon Orfila-, es precisamente porque el
fermento cultural del que hablaba anteriormente lo propicia. Aunque no
imposible, es difícil que un artista de primera categoría salga de la nada más absoluta:
en el desierto sólo florecen cactus.
Siguiendo con el ejemplo
anterior, no es muy habitual que –según una estadística fidedigna- más del 10%
de los menores de edad residentes en un determinado territorio estudie música,
como sucede aquí; sea en el Conservatorio, en academias privadas, en plan
autodidacta o en nuestras magníficas escuelas municipales, de las que tan
orgullosos creo que deberíamos sentirnos. No creo que en ningún otro lugar del
país haya un nivel musical equiparable, que quizá no destaca por su excelencia,
aunque sí por su universalidad.
E incluso mejor que el
frío dato estadístico que acabo de citar, es el hecho de que muchos de esos
“niños con un instrumento a cuestas” –basta apostarse en las inmediaciones del
claustro de El Carme de Maó por las tardes para ver cuántos son- sigan
interesándose por la música una vez convertidos en adultos serios y
responsables. ¿Alguien se ha parado a contar cuántos coros y agrupaciones
corales de todo tipo existen en Menorca? Sin pensarlo demasiado, se me ocurren
más de diez. De hecho, casi todos los fines de semana hay varios conciertos
programados contemporáneamente. Y no sólo de música clásica, eh, sino también
de música pop, rock, heavy, jazz, góspel o canción tradicional. Como dicen los
italianos, “non ci resta che l’imbarazzo della scelta” (sólo nos queda el apuro
de la elección). Por no hablar de la semana de la ópera, que sigue registrando
un llenazo total primavera tras primavera aun a pesar de la crisis... Todo ello
demuestra que nuestra afición por la música no es algo puramente decorativo y
al alcance de unos pocos elegidos, como aporrear el piano para las muchachas de
buena familia, sino una especie un rasgo distintivo de los menorquines.
Aunque lo más hermoso es
sin duda ver la composición de alguno de los coros que he nombrado: una
variopinta mezcla de obreros, campesinos, jubilados, amas de
casa, trabajadores por cuenta propia y funcionarios. Yo he visto ensayar a más
de uno con su uniforme de trabajo, lo que demuestra se puede cantar tan
dignamente con un mono azul salpicado de pintura al agua como embutido en un
esmoquin. De hecho, probablemente sea más cómodo…
Y lo mismo vale para el
resto de las Artes. Como dice ese ser querido al que citaba al principio de mi
artículo, Menorca está llena de pintores, escultores, fotógrafos, poetas y
actores aficionados. ¡Basta echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos
cuenta!
Cuando el arte se
convierte en algo cotidiano, crear está al alcance de cualquiera. Y para
muestra, un botón: el año pasado tuve un 4º de ESPA especialmente numeroso que,
en principio, no parecía contar con muchos artistas, ni tan siquiera
aficionados, entre sus filas. Cuando su profesor de Catalán y yo, que además de
ser su entusiasmada tutora les impartía Lengua Castellana y Literatura, les
propusimos grabar un cortometraje sobre el bilingüismo remotamente inspirado en
Romeo y Julieta, pensábamos que nos mandarían a paseo por absurdos y
ambiciosos. Sin embargo, no sólo se prestaron a hacerlo, sino que además quedó
fenomenal (en gran parte gracias al dominio técnico del montador, albañil de
profesión). Se llama “Julieta Calatrava y Romeo Riudavets”, y todavía está
colgado de la Red para quien lo quiera ver (Julieta Calatrava i
Romeu Riudavets). ¿Habría sido posible si viviéramos rodeados de gente que
en su tiempo libre no hace más que ir va a misa y ver la televisión?
domingo, 9 de febrero de 2014
¡Alto ahí, forastero!
Nadie es más digno que yo. |
Lo que casi
nadie sabe todavía es que ya no es posible matricularse en ningún centro
educativo público de Baleares simplemente con el pasaporte, como sucedía hasta
mediados de diciembre. ¿Qué por qué? Pues porque dicha opción, de la noche a la
mañana y sin aviso previo, ha desaparecido del programa informático de gestión
educativa por orden de algún superior inidentificable e inidentificado en
virtud de una nueva interpretación de la misma Ley de Extranjería que hasta
ahora lo permitía.
Los extranjeros
que quieran matricularse a partir de ahora tendrán que presentar el DNI, cosa
que implica haber obtenido previamente la nacionalidad española (que requiere
entre dos y cinco años de residencia probada en nuestro país), o el NIE. Éste
último, en la práctica diaria, no es tan sencillo de obtener como parece
leyendo el listado de requisitos publicados en la web oficial. O al menos no
para los extranjeros en situación irregular, pues para que te lo otorguen hay
que poder justificar “los motivos de la solicitud”, es decir, que vives en
España o trabajas aquí. Con el corazón en la mano, decidme: ¿cuántos ciudadanos
de la antigua Europa del Este, magrebíes, ecuatorianos, filipinos,
subsaharianos u orientales en general pueden presumir de tener un contrato de
alquiler registrado o una vivienda en propiedad? ¿Y un contrato laboral
estable y regular…? Muchos, los más desarraigados, no lo tienen. Y ésos,
precisamente, son los más necesitados de la formación que a partir de ahora les estará vedada.
Todo el que
haya vivido en el extranjero sabe que “tra il dire ed il fare, c’è di mezzo il
mare” o, lo que es lo mismo, de la teoría a la práctica hay un abismo de
triquiñuelas legales y vacíos legislativos. Yo misma tardé tres años y medio en
que me asignaran un médico de cabecera en Roma, aun siendo ciudadana
comunitaria y de carácter más bien combativo. Así como también estuve
impartiendo clases de español para extranjeros durante años con un contrato
draconiano que retenía el 30% de mi misérrimo sueldo con la excusa de que servía
para pagar los impuestos en mi país que, dicho sea de paso, jamás ha llegado a
percibir una sola lira del equivalente italiano a nuestro INSS. Tampoco vi
jamás un contrato de alquiler regular y convenientemente registrado ante las
autoridades; por macabro que suene, puedo decir que he vivido cinco años en
tres casas distintas oficialmente habitadas por muertos.
Vivir en el
extranjero una temporada no sólo sirve para aprender idiomas, sino que además
es una escuela de tolerancia excepcional. Nadie que haya pasado por la
experiencia de tener que repetir una y otra vez cómo se pronuncia su nombre, de
explicar que Mallorca y Menorca no están lo bastante cerca como para
desplazarse a nado de una a otra, que aquí también llueve y hace frío en
invierno, que no basta añadir una ese al final de cada palabra para hablar en
castellano –así como no basta añadir una “i” y agitar las manos para hablar en
italiano-, que la paella no es el plato típico de toda España ni el flamenco su
baile nacional, aunque quizá sean los más representativos… Nadie que haya
pasado por esto puede seguir creyéndose el centro del universo.
No hay como
coger el decrépito metro en Roma pasadas las diez de la noche para que se te
pasen las ganas de seguir diciendo chorradas sobre los inmigrantes que vienen a
nuestro país a quitarnos el trabajo y a colapsar las listas de espera de la
Seguridad Social. Sólo hace falta pararse a observar sus rostros -algunos
sucios, muchos cansados, todos ellos dignos de respeto- para entender que nadie
emigra por capricho, sino por necesidad. Que a nadie le gusta morirse de hambre,
ni ser perseguido por motivos ideológicos, étnicos o religiosos, ni ver morir a
tus hijos por cualquier nimiedad. ¿Acaso no emigraron nuestros mayores a causa
de la carestía o de las represalias políticas? Algunas localidades del norte de
Argelia podrían contarnos mucho al respecto.
sábado, 8 de febrero de 2014
Ay, qué mala es la afonía...
¡Y qué profesional (y suicida) es cantar pese a ella!
Aquí tenéis nuestra versión de "Carceleras", de Ruperto Chapí, perteneciente a la zarzuela Las hijas de Zebedeo. Diana Navarro la canta mucho mejor, claro.
Aquí tenéis nuestra versión de "Carceleras", de Ruperto Chapí, perteneciente a la zarzuela Las hijas de Zebedeo. Diana Navarro la canta mucho mejor, claro.
miércoles, 5 de febrero de 2014
¡El surrealismo no ha muerto!
He aquí una muestra de humor surrealista y libertario. Al genial Ramón Gómez de la Serna seguro que le habría gustado...