sábado, 15 de noviembre de 2014

It's English time!


Cotsworld's cottage
            Cuando llega el frío, me suele dar un ataque de anglofilia aguda, quién sabe por qué... Quizá porque inconscientemente asocio las primeras lluvias del otoño con la literatura anglosajona que tanto me gusta. En cuanto los escalofríos me recorren el espinazo, saco el anorak del armario –una especie de redingote negro relleno de plumas con el que parezco un murciélago gigante, ya lo sé, pero “ande yo caliente y ríase la gente”- y me entran ganas de releer a Agatha Christie.
            Este año he procurado diversificar lecturas: en lugar de desempolvar alguno de los 81 tomos de que constan las apasionantes obras completas de Dame Agatha, encargué un ejemplar de The monogram murders a través de Amazon y lo devoré nada más recibirlo. Los crímenes del monograma, como ha sido traducida al español, es una nueva novela detectivesca protagonizada por el belga más famoso de todos los tiempos –con permiso de Jacques Brel, Georges Simenon, Tintín y los pitufos-, Hercule Poirot. Pero, para desgracia de sus rendidos admiradores, entre los cuales me encuentro, no se trata de una nueva entrega de sus investigaciones en sentido estricto, ya que no es un manuscrito inédito de Mrs Christie, sino una respetuosa imitación de la escritora y poetisa inglesa Sophie Hannah, permitida y fomentada por los ávidos herederos de la primera.

            De la misma manera que Torquay, ciudad natal de la Christie, me decepcionó, también lo ha hecho Los crímenes del monograma; aunque no lo suficiente para que me arrepienta de haberla leído. Para empezar, porque es casi tan entretenida como las novelas originales. En segundo lugar, porque el brumoso ambiente del Londres de entreguerras está impecablemente bien reproducido, ningún detalle moderno desentona. Además, Sophie Hannah ha tenido la honestidad de no intentar adueñarse del bigotudo Poirot, sino que se limita a utilizarlo como un deus ex machina que ayuda al verdadero protagonista, un tal Edward Catchpool, fruto de su propio magín, en el transcurso de una enrevesada investigación criminal.
      Una fría noche de 1920, dos mujeres y un hombre aparecen envenenados en sus respectivas habitaciones de hotel con un gemelo de camisa metido en la boca a modo de firma por parte del asesino. La clave del misterio enseguida se desplaza a un acomodado suburbio próximo a la capital, donde las habladurías entorno al comportamiento de un pastor anglicano produjeron una lamentable cadena de suicidios años atrás.
            La resolución del misterio no es evidente, pero tampoco tan descabellada como suele serlo en las verdaderas novelas de Agatha Christie, lo cual le resta gran parte de su gracia. El personaje de Hercule Poirot tampoco está muy bien trazado, que digamos. Se le describe como un engreído insoportable, pero sin la punzante ironía que caracteriza al original. Y el comisario Catchpool sólo es un pálido remedo del fiel y sensato Hastings. El estilo de Hannah, por otro lado, es de lo más plano, sin los rasgos de genialidad que caracterizan al de Agatha Christie, chapucera y apresurada como ella sola, pero cuyas descripciones poco tienen que envidiar a las de Pío Baroja, por citar a otro gran impresionista del lenguaje.
            Sin ser una completa pérdida de tiempo, Los crímenes del monograma no es más que una entretenida falsificación, en definitiva. ¡Desde aquí me propongo a los herederos de Dame Agatha para “perpetrar” la siguiente!

P.S. No quiero terminar sin recomendar algo de música antigua para acompañar la lectura de Los crímenes del monograma: “Flow my tears”, una de las Lacrimae más sentidas de John Dowland, autor del primer Barroco inglés, y una de las piezas más famosas del período, tanto en su versión instrumental como en la definitiva, para voz y laúd. Si la interpretación de Valeria Mignaco es buena, la de Andreas Scholl es aun mejor. En cualquier caso, abstenerse de escuchar la de Sting, tan facilona y empalagosa que apenas la se reconoce. ¡Si el pobre Dowland levantara la cabeza! ¿O era Agatha Christie...? “Exiled for ever, let me mourn;/ Where night's black bird her sad infamy sings,/ There let me live forlorn.”

18 comentarios:

  1. Definitivamente, tenemos gustos literarios diferentes. ¡Con lo que molan las hermanas Brontë! ¿No me negarás que esos páramos ingleses no son también una típica estampa otoñal? :D

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    1. ¡Lo cortés no quita lo valiente! Heathcliff es uno de los más grandes "tíos buenos" de la Historia de la Literatura anglosajona -ex aequo con Mr Darcy y el guardabosques de lady Chatterley- y yo lo vi primero, aunque sólo sea porque tengo más años. ;-P

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    2. No tienes mal gusto, no... :D Y lo de los años... para empezar, no seas exagerada, que no son tantos; para continuar, ¡eres una mujer casada! Jajajaja. Bueno, mirar es gratis, ¿verdad? Los personajes victorianos llaman la atención por ser oscuros, y precisamente en esa oscuridad radica su atractivo; ésta es la conclusión que saqué después de estudiar, leer y releer literatura anglosajona de los siglos XIX y XX durante todo un curso. ¡Vivan las optativas suicidas!

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    3. ¡Que vivan! No te pierdas mi próximo artículo para el MENORCA/entrada de mi blog: "Grandes tíos buenos de la Historia de la Literatura".

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    4. Aún tendrás que esperar unos días, my dear! :-D Paciencia, Calimero.

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  2. El viernes despedí a una colega que partía hacia la Gran Bretaña -mis colegas son ahora los cesantes que conozco en los cursos del SEPE-. Es una chica muy joven y algo ingenua, pero determinada.

    Su determinación de partir viene de la necesidad y no de una inquietud estética. No sabe exactamente como se las arreglará para vivir en la Isla.

    Inglaterra se me apareció en blanco y negro, pequeña y rural, nada cosmopolita. Era la imagen de una película de Kenneth Brannagh ¿Como se titulaba?

    ¡Ah, sí! "En lo más crudo del crudo invierno"

    https://www.youtube.com/watch?v=MZCxtzPtwyY

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    1. En pocos días he sabido de varios casos: un antiguo amigo mío de la Universidad está haciendo sustituciones en un colegio privado ultramontano después de que no le renovaran el contrato en la UNED, donde trabajaba desde tiempos inmemoriales; un militar italiano conocido nuestro ha tenido que aceptar una misión en Qatar para poder pagar la hipoteca y mantener a sus tres hijos...
      No sé qué es el SEPE, pero suena fatal. ¡Mucha suerte para tu amiga y para ti! Pero soy optimista al respecto: nunca hay mal que por bien no venga. Crucemos los dedos y a votar, llegado el momento.

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    2. Me gustaría saber tu opinión.

      En España tenemos esa costumbre de eludir las palabras que han tomado connotaciones negativas, como si la culpa de una discriminación la tuviera la palabra y no la intención con que se dice. Por eso ahora no decimos "negro" sino "subsahariano" y decimos "desempleado" en vez de "parado" o "cesante".

      O tal vez es una medida política para simular que se transforman las instituciones cuando llega un nuevo partido al poder. Por eso el Instituto Nacional de Empleo (INEM) ahora se llama el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Casi siempre que uso este nombre tengo que dar, a continuación, las pertinentes explicaciones.
      ¿Hay alguna diferencia entre INEM y SEPE? Si la hay, yo no la conozco. Para mí es el mismo aparato burocrático para inventariar parados.

      Sea como fuere, el hecho de que no hayas oído hablar de él es positivo. En cuanto a la utilidad del voto para cambiar nuestra situación me animas a desarrollar al respecto una teoría a la que llevo un tiempo dando vueltas. Tal vez la escriba proximamente pero, dicho de un modo muy resumido, el valor del voto en unas elecciones es insignificante. Si de verdad quieres cambiar algo es mejor afiliarse a un partido politico y pagar sus cuotas para que no dependa de subvenciones o financiación ilegal, sacar tu dinero de ese banco que vendió acciones preferentes a tu vecino jubilado, evitar comprar en esa multinacional americana que tiene su sede europea en Luxemburgo, contratar tu teléfono en otra compañía que no tenga en su nómina a ex-miembros del Gobierno.

      Comprar la verdura de temporada a una cooperativa agrícola de tu región, y así...

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    3. ¡No es que no haya oído hablar del SEPE, es que aquí se llama SOIB (Servei d'Ocupació de les Illes Balears! :-) Y no es que no oiga hablar de dicho organismo, oigo hablar de él todos los días por boca de mis alumnos, pero como funcionaria de carrera tengo la suerte de no tener que tratar con él personalmente.
      Por lo demás, estoy bastante de acuerdo contigo pero, como ya he comentado en otros artículos, no somos un país que asuma fácilmente aquello tan bonito de la "responsabilidad individual". Siempre vemos la paja en el ojo ajeno, pero nunca la viga en el propio. No sé qué piensas al respecto.

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    4. Vi una conferencia por internet de un psicólogo que sometía a prueba a unos estudiantes para ver si podía incitarles a hacer trampa en un examen. Venía a decir que en nuestro comportamiento moral es muy importante el grupo al que pertenecemos. Miramos constantemente lo que nuestros conciudadanos hacen y es una referencia muy importante a la hora de decidir lo que está bien y lo que está mal.
      Por explicarlo con un ejemplo; en Suiza -donde la mayoría paga sus impuestos- el que no los paga es un sinvergüenza y sus propios vecinos le denuncian. En España, donde muchos no pagan, el que paga es un idiota.

      El ciudadano que ve como sus políticos le roban tiene dos opciones: o protestar o robar él mismo dentro del ámbito de sus posibilidades.

      Al mismo tiempo, muchos políticos españoles se llaman a sí mismos "líderes" (evitan usar la palabra española "caudillo" que está muy desprestigiada). Si lo fueran, irían por delante de la ciudadanía y la guiarían hacia hábitos menos individualistas y de mayor sentido cívico.

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    5. Aquí está la conferencia:

      http://www.ted.com/talks/dan_ariely_on_our_buggy_moral_code?language=en

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    6. Muchas gracias por compartir el enlace a la conferencia.

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  3. Tengo que disculparme. Tengo una marcada tendencia a comentar tus artículos cambiando la conversación y llevándola a otros asuntos que a mí me preocupan. Te felicito por tu blog. Sigue siendo una de mis lecturas favoritas.

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    1. ¡No te disculpes, hombre! Está muy bien que otros enriquezcan el debate con sus aportaciones. No voy a ser yo el único Quijote que corra por estos mundos...

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    2. Y muchas gracias por los piropos que dedicas a mi desesperado blog. A pesar de los pesares, sigue siendo bastante minoritario.

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  4. Ah, Ana, ja la havia sentit...bé, doncs si la cantes...ja saps.

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    1. Valeria Mignaco té una veu molt neta, però encara és millor la versió d'Andreas Scholl que trobaràs dins l'entrada "John Dowland, el de las siete lágrimas (1600)": posa els pèls de punta! (La meva versió no superarà cap de les dues que acabo d'anomenar, però esper que com a mínim sigui digne, hehe)

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