domingo, 6 de septiembre de 2015

Un paseo por la música

God Save the Proms!
            Si hay algo que envidio con toda mi alma a los británicos –además del honor de ser compatriotas de Agatha Christie- no es desde luego su inestable y adversa climatología ni las bondades de su cocina, que tuve ocasión de aborrecer durante nuestra última incursión familiar por aquellos lares, sino la pasión con que se entregan a manifestaciones culturales tan elevadas y aparentemente ajenas a los intereses habituales del pueblo como los Proms.
            Los Proms, abreviatura de “The Henry Wood Promenade Concerts presented by the BBC”, son un ciclo de conciertos de música clásica que tienen lugar a diario desde mediados de julio hasta mediados de septiembre en el Royal Albert Hall, un descomunal auditorio elíptico inspirado en los anfiteatros romanos con capacidad para 5.500 personas y ubicado en South Kensington (Londres), no muy lejos de Hyde Park. El término Promenade alude a la posibilidad de “pasearse” por el recinto que tienen los prommers, es decir, los espectadores alojados en las galerías y justo al pie del escenario, cuyas localidades no incluyen asiento a cambio de abonar por ellas un precio irrisorio.
            Algunos conciertos son de corte más clásico, convencional y riguroso. Otros, a pesar de girar en torno a piezas tan antiguas como The King Arthur (1691), de mi idolatrado H. Purcell, derrochan imaginación y son un prodigio de creatividad e irreverencia, justo lo que necesita la música clásica para volver a popularizarse. Y, si no me creen, echen un vistazo al siguiente montaje de dicha semiópera: https://www.youtube.com/watch?v=PmgaQ43xSp8. ¡Seguro que se divertirán!

            También es digno de admiración el entusiasmo con que es acogida -con ondeado de banderas alemanas incluido; sólo faltan los chillidos histéricos de las fans, entre las cuales sin duda me contaría-, la participación de ciertos divos como Andreas Scholl… Pero lo que me llena de una envidia verde, insidiosa y difícil de contener es que el último concierto del ciclo, conocido como The Last Day of the Proms, siempre registre un llenazo de asistencia total, además de ser emitido en directo no sólo por la BBC sino también por casi todas las televisiones anglosajonas. ¿Qué evento cultural tiene un seguimiento comparable en nuestro país? Ya se lo digo yo: ninguno.
            The Last Day tiene un programa más o menos fijo que incluye algunas composiciones clásicas patrióticas al estilo de “Pompa y circunstancia”; la conmovedora “Jerusalem” –de H. Parry, inspirada en un poema del alucinante, alucinado y alucinógeno William Blake, que quizá les suene gracias a la banda sonora de la película Carros de fuego (1981) que, no por casualidad, toma su nombre de uno de sus versos- y una balada escocesa llamada “Auld Lang Syne”, que no es otra que “L’hora dels adéus” con la que aquí se despiden los asistentes a un campamento. Pero lo más hermoso es que estas tres últimas piezas son cantadas por el público al unísono, en pie, con la mano sobre el corazón y sin necesidad de partitura, pues se las saben de memoria (ver para creer: https://www.youtube.com/watch?v=041nXAAn714).
            Aun sin ser británica ni haber asistido jamás en persona –ya quisiera- a semejante apoteosis catártica colectiva, no puedo evitar pensar que en nuestro país no somos capaces de alcanzar semejante grado de exaltación a nivel nacional más que al ganar la final de algún ¿importantísimo? trofeo de fútbol.

            Y hablando de “Jerusalem”, antes de finalizar me gustaría añadir que ésta también fue entonada por los invitados a la boda de Catalina y Guillermo de Inglaterra, así como los propios novios. ¿Quién recuerda a alguna infanta o a nuestro rey actual tarareando siquiera alguna pieza de las “escogidas” para sus respectivos enlaces? Por lo que sé, tan sólo la reina Sofía aprecia la música clásica. Los demás prefieren diversiones más populacheras, como la caza o los toros.
            Si los miembros de la Familia Real, que han recibido una educación esmeradísima y en los mejores colegios, manifiestan semejante desinterés… ¿Qué será de los chavalillos de la LOMCE, para los que la Música y la Educación Plástica no son más que un par de optativas perfectamente evitables durante toda su escolarización? Dejen que, para consolarme, una mi voz a la de Catherine Middleton, mejor: “Bring me my Bow of burning gold;/ Bring me my Arrows of desire:/ Bring me my Spear: O clouds unfold!/ Bring me my Chariot of fire!”.


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Si te ha gustado esta entrada, no te pierdas la siguiente: An English man at the BBC Proms

11 comentarios:

  1. No sé por qué -o si lo sé- este artículo me resulta demoledor. La Verde envidia que dices.

    Por cierto, estoy tramando algo sobre ese gran compositor que es Philip Glass (;-)) y me preguntaba si podría contar con tu colaboración ¿podrías darme un sitio al que escribir? creo que tu ya tienes mis datos...

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    1. "Enveja verda" es como se suele llamar aquí, en Menorca, al peor tipo de envidia posible, a la más acendrada, "profunda e insidiosa".
      ¿Demoledor mi artículo? Como profesional de la cultura que eres, TÚ no tienes de qué avergonzarte. Los que deberían hacerlo son precisamente los que jamás lo leerían ni lo leerán. ;-D

      Por lo que respecta a Philip Glass Glass Glass, ¿qué tipo de colaboración necesitas? Puedes escribirme a través del Hangout de Google+. Habitualmente no lo miro pero, sabiendo que puede que te comuniques conmigo un día de éstos a través de dicha herramienta, estaré pendiente.

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  2. ¿Profesional de la cultura? ¡¡¡¡¡¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!!!!!!!! déjame que de tí me ría.

    Yo he vivido muchos años de la televisión ¿Qué tiene eso que ver con la cultura? (jijijijijijijiji, no puedo contenerme): política, fútbol, programas de tarde con más o menos "corazón", concursos de erudición, películas y series americanas de diversos pelajes... la televisión en España.

    Para ser completamente sincero y ahora que ha fallecido el cómico Daniel Rabinovich (de Les Luthiers) tengo que reconocer que algo de cultura ha habido en todos estos años pero casi toda se emitía como el famoso programa "Cultura para Todos", en su horario "habitual" de 3 a 5 de la madrugada".

    https://youtu.be/MzseW-ZyUw4

    ¿Música clásica? ¿Albert Hall Memorial? ¿versiones modernas de temas clásicos? ¿Públicos entusiastas? Yo creo que me he explicado mal. No me sentía avergonzado del poco amor por la cultura de mis compatriotas pero ahora que pienso en mis años de trabajo sí que empiezo a sentirme incómodo.

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    1. No todos los canales son igual de cenutrios. TVE está haciendo un espléndido trabajo últimamente, por ejemplo. En cualquier caso, la BBC también programa basurilla, sólo que de vez en cuando ésta se ve compensada por cosas tan magnificientes como la emisión de "The Last Day of the Proms".

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  3. No estoy muy seguro de a qué te refieres con "TVE está haciendo un espléndido trabajo ultimamente". Me parece que a tu querido programa "This is Opera" y a otros por el estilo que se emiten en el segundo canal. Veo que le han reservado un horario preferente el domingo a las 14:30h. :-)

    Enfin, no me provoques para que hable del panorama de la televisión española, ni para que compare TVE con la BBC. Tu artículo me descubre, como siempre, un nuevo hito cultural al que intentaré prestar atención.

    Por cierto, escuché tu entrevista en radio y me gustó, aunque era muy corta.

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    1. Tú sabrás, sin duda eres mucho más experto en el tema que yo que, al fin y al cabo, apenas veo la tele... Con lo del "espléndido trabajo" de RTVE me refería a series como "Isabel" o "Carlos Rey Emperador" (que empezó ayer), "El ministerio del tiempo" -original donde las haya-, "Víctor Ros" y, por supuesto, "This is Opera", que ni siquiera sé cuándo se emite porque casi todo esto lo sigo por www.rtve.es/alacarta/, cuando tengo un rato.

      La entrevista es corta, pero la narración dura un cuarto de hora (en ella hago de autora, narradora y cantante), ¿es que no la has escuchado? Ay, ay...

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  4. Para hacer una buena serie de época -y esto lo saben muy bien en la BBC- no basta con alquilar ropa de Cornejo (aclaro, es un conocido proveedor de vestuario teatral) y fabricar algunos decorados. Los personajes deben comportarse con arreglo al lenguaje y las mentalidades de su tiempo. Que un español del siglo XVI practique el kárate ("Águila roja") o una tabernera del XIX se pregunte cuanta "caja" han hecho durante la tarde ("El secreto de Puente Viejo") son cosas que hacen que me desconecte completamente. Si una aficionada de tu prestigio me aconseja estas series tal vez me anime a verlas pero mis experiencias hasta ahora han sido negativas.

    En cuanto a la narración, yo hago como tú, me descargo el video que se ha publicado en Youtube y que solo dura 3 minutos. Tendré que buscar el audio con el relato.

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    1. No te aconsejo las series que citas por la sencilla razón de que no las he visto nunca, ni cinco minutos: me basta con contemplar sus absurdísimos anuncios de vez en cuando. Yo hablaba de otra cosa ("Isabel", "El ministerio del tiempo", "Víctor Ros"...). Por otra parte, el vestuario de Cornejo -ya sé quién es, hombre, que he vivido diecisiete años en Madrid- no tiene nada de malo mientras se mantenga el pacto ficcional actor-espectador, como en el teatro. RTVE no tiene presupuesto para hacer "Los Tudor" o "Juego de tronos". ¡Ni falta que hace! Mira si no "El señor de los anillos", la mamarrachada más grande del mundo aun vestida con paños de lujo.

      Y hablando de cosas pobretonas: tanto la minientrevista que me hicieron en Onda Cero Menorca como la lectura dramatizada de "Nosotros los fantasmas" están en http://anagomila.blogspot.com.es/2015/08/nosotros-los-fantasmas-en-onda-cero.html, no hace falta que busques nada. ¡Buena audición!

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  5. Cierto, he citado ejemplos de dos series que no son las que tú recomiendas, son solo precedentes que me hacen desconfiar. De "Isabel" me hace, además, desconfiar la actriz que la interpreta (Michelle Jenner), tiene cara -y nombre- de universitaria americana. De "Victor Ros" vi dos minutos y se insinuaba una historia de amor bastante fuera de época. No sé, tal vez no es suficiente para formar una opinión.

    En cuanto a la aclaración sobre la empresa "Cornejo" la hice porque ésta, aunque a veces lo parezca, no es una conversación completamente privada.

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  6. _Aun sin ser británica ni haber asistido jamás en persona –ya quisiera- a semejante apoteosis catártica colectiva, no puedo evitar pensar que en nuestro país no somos capaces de alcanzar semejante grado de exaltación a nivel nacional más que al ganar la final de algún ¿importantísimo? trofeo de fútbol._ jajaja totalmente de acuerdo contigo, impensable aquí. Por cierto me encanta juego de tronos, me enganché :)) Un saludo y gracias por la publicación.

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    1. "¡Ni puñetera falta que hace!", pensarán algunos... Como ya dije en mi artículo (incluido en EL JARDÍN DE LAS DELICIAS), asistir a The Last Day of the Proms -el verano pasado estuve a punto, ay- es una espinita que tengo clavada, una cuenta pendiente conmigo misma.
      Sigo sin haber visto ni un solo capítulo de "Juego de tronos". No sé si tengo más miedo de que me enganche o de que me decepcione, jejeje
      ¡Gracias por comentar, Jr!

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