Los he colocado por orden decreciente, es decir, desde los bises (¡dos!) hasta la introducción para que los que no tengan suficiente tiempo ni paciencia para verlos todos se queden con mejor del concierto que, como siempre, llegó al final, una vez "colocada" la voz.
Aprovecho esta entrada para pedir mis más sentidas disculpas a Purcell, Dowland y compañía -que ya deben de estar revolviéndose en su tumba- por todos los gallos, gallinas y pollitos que se me puedan haber escapado del corral: si la pasión compensase la falta de talento... bueno, entonces, estaría perdonada con creces.
¡Buena escucha y no dejéis de comentar, compartir, disfrutar la música antigua que nosotras tanto amamos!