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viernes, 7 de marzo de 2014

Verde que te quiero verde


El gigante dormido de los jardines de Bomarzo (Viterbo)
Como la protagonista del precioso “Romance sonámbulo” de Federico García Lorca, todos en mi casa estamos cerca de tener “verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata”. Seguramente os preguntaréis por qué. Pues porque, desde que nos apuntamos a un grupo de consumo de productos ecológicos, no sólo tomamos mucha más fruta y verdura que antes, sino que éstas son rigurosamente de temporada, de la isla y de excelente calidad. Aunque su modesto aspecto no pueda competir con el brillo cerúleo de las naranjas que venden en los supermercados, su sabor y la convicción de estar haciendo lo correcto nos compensan con creces.
Más que las flores, que me producen alergia, me gusta la fruta. Algunas me suscitan una alegría absurda, como los nísperos. Es ver un níspero y ponerme eufórica, pues siento que con él se acerca el verano y las tan añoradas vacaciones, que siempre han sido para mí un tiempo de goce y plenitud, de viajar y de recibir amigos, de atardeceres tan anaranjados como el propio fruto. Y entonces recuerdo también un poema de Rafael Alberti que a mí me entusiasma, pero que los críticos no suelen citar en sus tratados pues, por alguna razón que desconozco, la literatura alegre no goza de buena prensa. Dicho poema se llama “Jardín de amores”, pertenece a Marinero en tierra y dice así: “Vengo de los comedores/ que dan al jardín de Amores.// ¡Oh reina de los ciruelos,/ bengala de los manteles,/ dormida entre los anhelos/ de las aves moscateles!// ¡Princesa de los perales,/ infanta de los fruteros,/ dama en los juegos florales/ de los melocotoneros!// ¿A quién nombraré duquesa/ de la naranja caída?/ ¿Quién querrá ser la marquesa/ de la mora mal herida?// Vengo de los comedores/ que dan al Jardín de Amores”. ¿No es una maravilla?
Varias décadas después, Gloria Fuertes –treintañeros, ¿os acordáis de su voz ronca y su expresión de duende malvado? Al igual que Alberti, quizá no fuera la mejor embajadora de su propia obra- publicó un poemilla para niños llamado “La manzana reineta” que se le parece bastante: “Era una manzana reineta./ Era la reina de las manzanas/ de la huerta…”.

Como comentaba no hace mucho con mis alumnos de Literatura Universal, a los que tanto echaré de menos cuando se acabe el curso que los alberga, apenas existe literatura de la felicidad y, sin embargo, abunda la que describe todo tipo y grado de tristeza. De hecho, basta echar un vistazo al temario de su asignatura para comprobarlo: Hamlet, que ya no es precisamente alegre, aunque contenga destellos de una ironía sangrante, va seguido de Las flores del mal y Frankenstein… Pero es al llegar a las dos últimas obras del temario cuando nos hundimos definitivamente en el abismo de la pena negra, ya que son el Réquiem de Anna Akhmátova y La metamorfosis, de Kafka.
Curiosamente, la literatura vitalista y despreocupada anticipa los grandes desastres de la Historia. ¿Quién iba a pensar que los felices años veinte desembocarían en nuestra sangrienta Guerra Civil y la carnicería generalizada de la Segunda Guerra Mundial? Durante esta década publicaron gran parte de su obra el fascinante Ramón Gómez de la Serna (“El que bebe en taza, hay un momento en que sufre eclipse de taza”), Enrique Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro), Miguel Mihura (Tres sombreros de copa) o Pedro Muñoz Seca, autor de la descacharrante La venganza de don Mendo, que tuvo la humorada de dirigir las siguientes palabras al tribunal de milicianos enfervorecidos que lo juzgaba por monárquico: "Podréis quitarme las monedas que llevo encima, podréis quitarme el reloj de mi muñeca y las llaves que llevo en el bolsillo, podéis quitarme hasta la vida; sólo hay una cosa que no podréis quitarme, por mucho empeño que pongáis: el miedo que tengo". Muñoz Seca fue fusilado a finales de noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama y, según se cuenta, antes de morir espetó “Me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades” a los integrantes del pelotón encargado de ejecutarle, cosa que finalmente hicieron con lágrimas en los ojos y entre peticiones de perdón.
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”. ¿Cómo he empezado hablando de verduras y termino haciéndolo de fusilamientos? Quizá me lo haya inspirado el fantasma del pobre Miguel Hernández, que relacionaba ambos conceptos en su sobrecogedora Elegía a Ramón Sijé: “Yo quiero ser llorando el hortelano/ de la tierra que ocupas y estercolas,/ compañero del alma, tan temprano”.
Dicho esto, me voy a hervir unas alcachofas para la cena.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Les paelles i la literatura universal

Com que cada mes hem de publicar una entrada que parli de les nostres tasques dins l'equip directiu en particular i a l'escola en general, aquí teniu el relat de les meves darreres "endemeses".

La tasca més avorrida, feixuga i desmotivadora per a mi que he de fer durant el mes d'abril és participar en l'organització del dia de les paelles. "Què és això?", us preguntareu. "I què té de mal? Sembla divertit!" I de fet ho és... quan ja hi ets. Però durant tota la fase prèvia em fa molta mandra. Només de sentir la paraula "serpentí", que és una paraula que només sento en aquest context, ja se'm posen els cabells drets!!! A més, em sap greu dedicar un diumenge a les activitats extraescolars quan el que m'agradaria de debó és estar amb la meva família.

Aquí teniu gairebé tots els profes de l'any passat, atapaïnt-nos de paella dolentíssima. A veure si endevideu qui sóc jo!

Per a la vostra informació, us diré que el dia de les paelles va néixer fa uns anys com a un acte reivindicatiu que pretenia movilitzar la major quantitat d'alumnes possible per tal de demostrar a les institucions -i a la societat menorquina en general- que som molts i tots junts podem fer força. Avui en dia, aquesta vessant reivindicativa s'ha perdut bastant, al meu parer, i ha quedat en una festa més. Es tracta de que els alumnes s'organitzin per grups i cadascun prepari una paella mentre els fillets s'entretenen amb l'animació. Enguany sembla ser que vindrà un pallasso. Després dinem tots junts i, en acabar, hi sol haver qualque actuació musical per poder ballar una mica (el repertori sol ser tipus Coyote Dax, ho dic per a que us en feu una idea...). Tot això s'organitza al Recinte Firal de Es Mercadal, que l'Ajuntament ens cedeix gratuïtament, per quedar a mig camí del CEPA Joan Mir i Mir de Maó i el CEPA Ciutadella, que juntament amb la nostra associació d'alumnes, són les tres entitats organitzadores.

Per altra banda, també estic molt ocupada preparant material de repàs pels meus alumnes de Literatura Universal, que s'examinen de les Proves d'Accés a la UIB per a Majors de 25 Anys d'aquí a un meset. Només són vuit, però tan agradosos, simpàtics i divertits que els trobaré a faltar. Enguany ens ho hem passat fantàsticament bé llegint La Odisea, Edipo rey, el Decamerón, el Tirant lo Blanc, el Quijote, Hamlet, Las flores del mal, Frankenstein, el Réquiem d'Anna Akhmátova i La metamorfosis de Kafka. Malgrat el temari sigui bastant depriment -sobretot els quatre darreres lectures-, hem rigut "como si no hubiera un mañana"!